Análisis Bíblico
5 de agosto de 2025
Apocalipsis 21

Apocalipsis 21

He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.

Capítulo Completo

1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,

11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;

13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;

19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;

20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Análisis Bíblico

Especificaciones teológicas

Dios revela una nueva realidad post-pascual donde la tristeza y el sufrimiento son erradicados, y los creyentes vivirán en comunión eterna con Él, recibiendo el agua de la vida y siendo reyes con el Cordero, indicando la consumación del reino de Dios y la victoria final sobre el pecado y la muerte.

Contexto hermenéutico

El capítulo se basa en la profecía apocalíptica, utilizando imágenes simbólicas para describir la gloriosa transformación final del mundo y la vida eterna para los creyentes, reflejando la esperanza mesiánica y la promesa de un nuevo cielo y una nueva tierra.

Síntesis bíblica

La visión de la Nueva Jerusalén representa la consumación de las promesas de Dios, ofreciendo una esperanza inquebrantable de vida eterna para aquellos que siguen a Cristo, donde la justicia, la paz y la gloria de Dios prevalecerán para siempre.

Interpretación

En este capítulo de Apocalipsis, se nos presenta una visión de un nuevo cielo y una nueva tierra donde Dios habitará con su pueblo. Se describe una ciudad santa, la nueva Jerusalén, que simboliza un lugar de paz y felicidad eterna. Aquí, no habrá más sufrimiento ni dolor, y Dios enjugará cada lágrima. Es un mensaje de esperanza y renovación, donde todo lo viejo ha pasado y lo nuevo ha llegado, resaltando la promesa de vida eterna para aquellos que creen.

Significados

  • El nuevo cielo y la nueva tierra representan el cumplimiento de las promesas de Dios, donde se restaurará la creación original.
  • La nueva Jerusalén simboliza la comunidad perfecta de los redimidos, una imagen de la unión entre Dios y su pueblo.
  • La ausencia de lágrimas, muerte y dolor habla del fin del sufrimiento y la redención completa de la humanidad.
  • La frase "Alfa y Omega" destaca la eternidad de Dios, que abarca el principio y el fin de todas las cosas.
  • Las doce puertas y cimientos representan las doce tribus de Israel y los apóstoles, simbolizando la continuidad del pueblo de Dios a través de la historia.
  • La descripción de la ciudad con materiales preciosos resalta la belleza y la gloria de la presencia de Dios, que ilumina todo sin la necesidad de sol o luna.
  • La exclusión de los inmundos señala la pureza necesaria para estar en la presencia de Dios, enfatizando la importancia de la fe y la vida recta.

Aplicación a la vida diaria

  • Este capítulo nos invita a reflexionar sobre la esperanza que tenemos en Cristo. En momentos de dificultad, recordemos que hay un futuro prometido donde Dios estará con nosotros y nos consolará.
  • Practiquemos la bondad y el amor hacia los demás, buscando ser reflejos de la luz de Dios en nuestro entorno. Esto puede ser tan simple como ayudar a un vecino o escuchar a un amigo que está pasando por un mal momento.
  • Meditemos sobre cómo estamos viviendo nuestra fe. ¿Estamos siendo parte de la comunidad de Dios, o nos estamos alejando de ella? Consideremos la importancia de la iglesia y la comunidad en nuestra vida espiritual.
  • Recordemos que nuestras acciones tienen consecuencias. Vivamos de tal manera que nuestras vidas sean un testimonio de la gloria de Dios, buscando la verdad y rechazando la mentira.
  • Finalmente, compartamos la esperanza del evangelio con aquellos que nos rodean. Hablemos de la promesa de vida eterna y del amor de Dios, siendo instrumentos de paz y reconciliación en un mundo que a menudo está marcado por el dolor y la tristeza.

Ideas principales del capítulo

  • 1

    He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres.

  • 2

    Enjugará Dios toda lágrima de los ojos.

  • 3

    El que venciere heredará todas las cosas.

Preguntas para reflexión

  1. 1

    ¿Qué significa para mí la promesa de un nuevo cielo y una nueva tierra?

  2. 2

    ¿Cómo puedo vivir en la esperanza de la redención?

Palabras clave:

nueva Jerusalén tabernáculo agua de la vida lago que arde doce puertas

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