Análisis Bíblico
10 de mayo de 2025
Mateo 18

Mateo 18

Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Capítulo Completo

1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?

2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.

7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.

9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.

19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.

24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.

25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.

26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.

27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.

28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.

29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.

30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.

31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.

32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.

33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?

34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Análisis Bíblico

Especificaciones teológicas

Dios exhorts humility y pureza de fe mostrada en los niños y destaca su voluntad de buscar y salvar a los perdidos enfatizando perdón y reconciliación mutua

Contexto hermenéutico

En el contexto social judío del siglo I Jesús usa parábolas y ejemplos comunitarios para enseñar la ética del reino aplicable a los grupos eclesiales nacientes con reglas sobre humildad disciplina perdón y autoridad celestial reflejando valores rabínicos de la época

Síntesis bíblica

El capítulo instruye sobre humildad perdón disciplina y compromiso comunitario resaltando la búsqueda y restauración de los perdidos y la importancia de la reconciliación

Interpretación

En este capítulo, Jesús enseña sobre la humildad, el perdón y la importancia de cuidar a los pequeños y vulnerables. Comienza respondiendo a sus discípulos sobre quién es el mayor en el reino de los cielos, usando la imagen de un niño para ilustrar la necesidad de ser humildes y tener fe como ellos. Además, advierte sobre las consecuencias de hacer tropezar a otros, resaltando la importancia del perdón en las relaciones. Termina con la parábola del siervo que no perdona, que enfatiza que debemos perdonar a los demás como Dios nos perdona a nosotros.

Significados

  • Humildad y fe: Jesús utiliza a un niño como símbolo de humildad y pureza. En la cultura judía, los niños eran considerados los más bajos en la jerarquía social, lo que resalta el valor de ser humilde para entrar en el reino de los cielos.
  • Cuidado por los pequeños: Jesús subraya la importancia de no menospreciar a los pequeños. Esto puede referirse a los niños, pero también a cualquiera que sea vulnerable. El versículo sobre los ángeles sugiere que Dios cuida especialmente de aquellos que son desvalidos.
  • Perdón y reconciliación: La enseñanza sobre cómo manejar los conflictos y el perdón es central. Jesús propone un proceso claro para reconciliarse con los demás, enfatizando la importancia de la comunidad y el testimonio.
  • Parábola del siervo: Esta historia ilustra la naturaleza del perdón. El siervo que fue perdonado de una gran deuda no muestra la misma misericordia hacia su consiervo, lo que provoca la ira del rey. Esto representa la expectativa de Dios de que, al recibir perdón, también debemos ofrecerlo.

Aplicación a la vida diaria

  • Ser como niños: Practica la humildad en tu vida diaria. Esto puede significar reconocer tus errores y estar dispuesto a aprender de los demás, sin importar su estatus o edad. Por ejemplo, si un compañero de trabajo joven te da un consejo valioso, acéptalo con gratitud.
  • Cuidado por los vulnerables: Tómate el tiempo para cuidar y ayudar a quienes son más débiles en tu comunidad. Puedes ofrecerte como voluntario en un refugio, ayudar a un niño en su tarea escolar o simplemente escuchar a alguien que está pasando por un mal momento.
  • Perdón: Reflexiona sobre las veces que has sido herido y considera el poder del perdón. La próxima vez que alguien te ofenda, intenta recordar cómo Dios te ha perdonado. Este acto no solo libera a la otra persona, sino que también sana tu propio corazón.
  • Resolución de conflictos: Cuando surja un desacuerdo, sigue el proceso que Jesús enseñó: habla primero con la persona involucrada. Si no hay solución, busca la ayuda de un amigo de confianza o un líder de tu comunidad. Este enfoque promueve la paz y la reconciliación.
  • Reunión en nombre de Jesús: Valora el tiempo en comunidad de fe, ya sea en la iglesia, en un grupo de estudio bíblico o en casa. Jesús promete estar presente donde hay unidad en su nombre, lo que puede fortalecer tu fe y la de los demás.

Ideas principales del capítulo

  • 1

    Cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor.

  • 2

    Mejor te es entrar en la vida cojo o manco.

  • 3

    No es la voluntad de vuestro Padre que se pierda uno de estos pequeños.

  • 4

    Perdona a tu hermano hasta setenta veces siete.

Preguntas para reflexión

  1. 1

    ¿Cómo puedo ser más humilde en mi vida diaria?

  2. 2

    ¿Estoy dispuesto a perdonar a los que me ofenden?

Palabras clave:

humildad perdón niños tropiezos

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