Análisis Bíblico
10 de mayo de 2025
Mateo 7

Mateo 7

No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Capítulo Completo

1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.

2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Análisis Bíblico

Especificaciones teológicas

Dios llama al juicio misericordioso y equitativo, ofrece provisión generosa a sus hijos, insta a la obediencia como base para entrar al Reino y advierte sobre falsos profetas y juicios auténticos

Contexto hermenéutico

Mateo recoge enseñanzas de Jesús en contexto judeocristiano del siglo I destacando la ética del Reino de Dios ante líderes religiosos. Emplea paralelismos israelitas sobre hipocresía y sabiduría práctica. La estructura didáctica enfatiza autoridad profética y apelación comunitaria

Síntesis bíblica

Mateo 7 expone la ley del amor y la fe activa exhortando al juicio compasivo, la confianza en Dios y la obediencia práctica que sostiene la entrada al Reino con frutos auténticos

Interpretación

En este capítulo, Jesús nos enseña sobre la importancia de la humildad y la autoevaluación. Nos advierte sobre el peligro de juzgar a los demás sin primero mirar nuestras propias faltas. También nos invita a pedir y buscar con confianza, recordando que Dios es un padre amoroso que se preocupa por nosotros. La enseñanza sobre la puerta estrecha nos muestra que seguir a Dios requiere esfuerzo, mientras que la advertencia sobre los falsos profetas nos recuerda que debemos ser discernidores y atentos. Finalmente, Jesús compara a los que obedecen sus palabras con aquellos que construyen sobre una base sólida, enfatizando la importancia de poner en práctica sus enseñanzas.

Significados

  • No juzgar a los demás: Jesús comienza con una advertencia clara sobre el juicio. Nos recuerda que debemos ser conscientes de nuestras propias imperfecciones antes de criticar a otros. Este principio es fundamental para promover la humildad y la compasión en nuestras relaciones.
  • La importancia de pedir y buscar: Jesús asegura que Dios, como un buen padre, siempre está dispuesto a dar a aquellos que le piden. Esto resalta la relación cercana que los creyentes pueden tener con Dios y la confianza que deben tener al acercarse a Él.
  • La regla de oro: "Trata a los demás como te gustaría ser tratado" es un principio esencial en la ética cristiana. Resume la ley y los profetas y nos llama a actuar con amor y respeto hacia los demás.
  • La puerta estrecha: Esta metáfora sugiere que el camino hacia la vida eterna no es fácil, y que muchos optan por el camino más amplio que lleva a la perdición. La elección de seguir a Cristo implica decisiones difíciles y sacrificios.
  • Falsos profetas: Jesús advierte sobre aquellos que parecen ser buenos pero que en realidad son dañinos. Esto nos llama a discernir y evaluar las enseñanzas y acciones de los que pretenden guiarnos espiritualmente.
  • Construir sobre la roca: La comparación entre los dos constructores ilustra la importancia de no solo escuchar las enseñanzas de Jesús, sino también aplicarlas en nuestra vida. La verdadera fe se manifiesta en acciones concretas.

Aplicación a la vida diaria

  • Reflexiona sobre tus propios errores: Antes de criticar a alguien, tómate un momento para pensar en tus propias faltas. Pregúntate cómo puedes mejorar tú mismo antes de señalar a otro. Esto fomentará la empatía y una actitud más constructiva.
  • Pide con confianza: No dudes en llevar tus necesidades y preocupaciones a Dios. Hazlo con la certeza de que Él escucha y responde. Puedes establecer un tiempo diario de oración, donde le hables de tus anhelos y agradecimientos.
  • Practica la regla de oro: Haz un esfuerzo consciente por tratar a los demás con respeto y amabilidad. Por ejemplo, si alguien te trata mal, responde con bondad. Esto puede transformar no solo tu relación con esa persona, sino también tu entorno.
  • Elige el camino estrecho: Al enfrentar decisiones difíciles, recuerda que seguir a Cristo puede no ser el camino más fácil, pero es el que lleva a la verdadera vida. Pregúntate qué decisiones te acercan más a tus valores cristianos, incluso si son desafiantes.
  • Sé crítico respecto a los líderes espirituales: Esté alerta ante las enseñanzas que recibes. No todo lo que parece bueno es necesariamente correcto. Investiga y busca la verdad en la Palabra de Dios.
  • Construye tu vida sobre fundamentos sólidos: Dedica tiempo a estudiar y poner en práctica las enseñanzas de Jesús. Esto puede incluir leer la Biblia regularmente, participar en grupos de estudio, y aplicar lo que aprendes en tu vida diaria.

Ideas principales del capítulo

  • 1

    No juzguéis

  • 2

    saca primero la viga de tu propio ojo

  • 3

    todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros

Preguntas para reflexión

  1. 1

    ¿Estoy siendo crítico con los demás sin ver mis propios defectos?

  2. 2

    ¿Cómo puedo aplicar la regla de oro en mis relaciones?

Palabras clave:

juicio hipócrita puerta estrecha frutos

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