1 Cántico gradual; de David.
2 Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;
3 Ni anduve en grandezas,
4 Ni en cosas demasiado sublimes para mí.
5 En verdad que me he comportado y he acallado mi alma
6 Como un niño destetado de su madre;
7 Como un niño destetado está mi alma.
8 Espera, oh Israel, en Jehová,
9 Desde ahora y para siempre.
Este capítulo de los Salmos es un canto de humildad y confianza en Dios. David expresa que no se ha dejado llevar por el orgullo ni por la arrogancia. En lugar de buscar grandezas o cosas que están más allá de su comprensión, ha encontrado la paz en una relación sencilla y confiada con Dios. Así como un niño que ha dejado el pecho de su madre, David se siente tranquilo y seguro en la presencia del Señor. Al final, invita a Israel a esperar en Jehová, resaltando la importancia de la confianza en Dios a lo largo del tiempo.
No se ha envanecido mi corazón
Espera, oh Israel, en Jehová
¿Cómo puedo cultivar la humildad en mi vida?
¿En qué áreas confío más en mí mismo que en Dios?
La humildad y la confianza en Dios son fundamentales.
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